ADORACIÓN REAL, PERPETUA  Y UNIVERSAL AL SANTíSIMO SACRAMENTO (ARPU)

 

 

¡Adoremos por siempre al Santísimo Sacramento!

Queridos hermanos y hermanas adoradores (as) de Jesús Sacramentado en la ARPU:

¡La verdad! No pensaba haber escrito otra Carta para este mes de julio pues tenemos pendientes otras tareas que realizar, encargos que hacer, compromisos de amor que, como adoradores en la ARPU, Dios quiere que llevemos adelante. Me refiero a los contenidos puestos en la Carta del mes pasado de junio (cf. apartado 4, en el n. 8) y que eran -son- para estos meses de verano especialmente.

Pudo ser providencial para cambiar de opinión lo que oí por Radio María en el programa “Mirada de Apóstol” que dirige el P. Miguel Segura. Trataba de aumentar la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Fue en el domingo, día 13 de junio de 2021, de 9’30 a 10 de la tarde. Al final del programa sintonicé con esta Radio que contaba un testimonio precioso eucarístico una madre (=Mª. Martínez Carazo).

1.-La EFICACIA DE JESÚS SACRAMENTADO EN LOS SAGRARIOS.

Contaba que uno de los hijos había hecho la Primera Comunión pero, ¡ay, dolor! que al domingo siguiente se negaba a ir a la Misa dominical (ni solo ni con los demás miembros de la familia) como hasta entonces había hecho. A pesar de los ruegos y explicaciones de su madre se negó durante un tiempo y no fue. ¿Qué había sucedido? ¿Qué contradicción era esa? ¿Qué había faltado en su preparación?, ¡qué contrasentido, verdad! ¡Qué contradicción!, ¡qué dolor para la madre…! y así, así durante un tiempo. Hasta que la madre que era de Misa dominical decidió ir al templo y orar ante el Santísimo durante la semana pidiendo que su hijo “creyera en Él” (en este caso se entiende creer en Jesús Sacramentado). No bastaba que creyera en el “Jesús” que tenía en su idea y cabeza que pudo sacar de sus catequesis…sino en el Jesús Encarnado, Crucificado, Resucitado, Glorioso a la derecha del Padre por la Ascensión y presente realmente en la Eucaristía; que creyese en Jesús Sacramentado. Fue así todos los días de la semana y, al llegar el domingo siguiente, el niño, sin haber mediado palabra alguna, dijo: ¿Qué ropa de domingo me pongo o tengo que ponerme para ir a Misa? Y desde entonces ha vuelto a esa práctica dominical y mucho más: a colaborar en la Parroquia, a dar testimonios de vida cristiana…, igual que el otro hermano mayor, igual que la familia…

2.- REFLEXIONES COMO OBJETO DE ESTA CARTA DE JULIO DE 2021:

Yo saco unas cuantas, diez. Vosotros meditad y podéis sacar otras muchas más. Ved cómo hacer llegar la ARPU a los niños, muchachos y jóvenes.

1ª.- ¿Quién le había movido o inspirado al supuesto niño “rebelde” para hacer ese cambio? ¿Quién le dio fuerza para cambiar de decisión? La respuesta es clara: Jesús mismo sacramentado.

2ª.- Comentaba el director del programa de Radio María: Vemos la eficacia de la oración ante el Sagrario de una madre…Y comento yo: ¿qué sucedería si todas las madres hicieran eso…con perseverancia…?, ¿Qué si intercedieran por sus hijos para que “crean”, para que vuelvan a la Iglesia? Es un hecho -por desgracia- que muchos no vuelven después de la Primera Comunión o Confirmación: lo cual es una contradicción tremenda, muy dolorosa. Pero este hecho que comentamos demuestra que la oración perseverante ante Jesús Sacramentado tiene eficacia para que vuelvan. ¿Se encontrarán muchas madres así? Nos hacen falta, mucha falta.

3ª.- Citaba el mismo P. Miguel Segura ¿Qué hace Jesús en el Sagrario? Y decía éste es el título de un librito de San Manuel González García (uno de nuestros cofundadores). ¿Qué hace Jesús en el Sagrario? es el título de unas cuantas Meditaciones Eucarísticas que tiene otro de nuestros Cofundadores, Don Juan Bautista Pérez, Obispo que fue en Oviedo  (año1930).

Saquemos o aprendamos la lección los mismos adoradores de Jesús en la ARPU. ¿Vamos al Sagrario a interceder por los demás…ante Jesús que intercede ante el Padre desde el Sagrario como desde el Cielo? (Cf. Hebreos 7, 25). Miremos por quienes hemos de pedir según los Estatutos de la ARPU, art. 9. (cf. Memento de este mes).

4ª.- ¿Cabe pensar que la catequesis de Iniciación Cristiana no fue buena, no fue eficaz y que en tantos casos la realidad y los hechos por desgracia lo demuestran? Los que abandonan a Jesús, a la Iglesia, la práctica dominical y sacramental, como hizo nuestro niño, ¿no demuestran que  no fueron “iniciados” de verdad en la vida sacramental?, ¿que no han gustado “qué bueno es el Señor”?, ¿que no han tenido experiencia de encuentro con Jesucristo vivo, Resucitado-Sacramentado?; todo lo cual es necesario como un encuentro gozoso, una experiencia fundante de lo que es ser cristiano y cómo uno se hace cristiano y llega a serlo de tal manera que cambie su vida? (cf. Benedicto XVI, Encíclica Deus caritas est, n. 1).

5ª.- Si nuestros niños, al recibir la Primera Comunión, el “admirable Sacramento”, saben que es la acción más amorosa de Jesús, que es Jesús mismo que se entrega, no ya sólo a la humanidad entera, sino a cada uno, a cada hombre, a él en particular,  y que lo necesitan “como el comer”, y que lo necesitan para ser felices, incluso en este mundo, ¿lo hubieran abandonado? Creo que no. Los niños también -como los mayores- tienen sus penas, alegrías y preocupaciones. Y sólo Jesús, Dios y Hombre verdadero, Amigo y Salvador verdadero, sabe y puede calmarlas, iluminarlas y transformarlas.

6ª.- Si nuestros niños, al recibir la Primera Comunión, el “admirable Sacramentado”, supieran que cada una es única e irrepetible: cada una es un prodigio de amor: la del día de la Primera Comunión y la del día o domingo siguiente; que la de hoy es siempre diferente de la de ayer, no en cuanto al contenido (que siempre es el mismo Jesús, Pan de vida celestial), pero que nunca se repite del mismo modo la delicadeza de Jesús con nosotros y que tampoco se debe repetir el amor que se renueva incesantemente, sin rutina…Si lo superan, pregunto, ¿este niño y otros muchos hubieran procedido así?

7ª.- ¿Nos acercamos al banquete eucarístico con las demás debidas condiciones o disposiciones que también los niños y jóvenes han de saber y tener? ¿Cuáles: estar en gracia de Dios, tener rectitud de intención, pureza, fe, devoción, amor entrañable a Jesús, hambre de recibirle y asombro y gratitud de haberlo recibido y deseos de ser “comidos” por Él, o mejor dejarse “comer” y transformar por Él? Si no tenemos o tuviéramos estas disposiciones ¿vamos a pedirlas y a recibir el Sacramento de la  Penitencia con la frecuencia debida para comulgar bien dispuestos y recibir los “frutos de la redención”, de vida cristiana?

8º.- Todo esto y más es necesario saberlo. ¿Lo saben? ¿Lo practican? o ¿lo ignoran? ¿No será esta la causa de los abandonos dolorosos del Señor y de su Iglesia, nuestra Madre, después de la Primera Comunión  (o Confirmación en su caso) y que el remedio nos lo ha señalado la madre creyente y orante de este niño?

9ª.- ¿No vemos o intuimos ya que la práctica de la ARPU, adaptada a los niños y muchachos, puede ser la solución a esos problemas de falta de perseverancia en los sacramentos recibidos?

Sé de alguna Parroquia en Burgos en la que todos los grupos  de catequesis comienzan con 10 minutos de oración-adoración… ante Jesús Sacramentado en el Sagrario y al final de cada sesión de catequesis vuelven a despedirse de Él, darle gracias, etc. con algunas oraciones espontáneas o preparadas por los mismos “catecúmenos”. Muy bien. Por ahí hay garantía de tener experiencia del Jesús Vivo y Resucitado-Sacramentado…que cambia las vidas. Que no se quede en un “Jesús de libro”, o “de teoría” o “ideología” que no convence ni cambia la vida. ¡Vale la pena esta iniciativa pastoral y evangelizadora! ¿Hay alguna otra mejor? Que la presenten.

10ª.- Finalmente, para que la catequesis parroquial y la práctica dominical de la Santa Misa sean verdadera y eficaz “Iniciación Cristiana”, ¿no habrá que romper definitivamente con el círculo “vicioso” de estar ligadas al curso escolar? ¿Habrá osadía y creatividad pastoral de prolongarla dos o tres meses más al año y dar experiencia a los “catecúmenos” de que la Iniciación cristiana y la posterior vida cristiana no se interrumpen ni en vacaciones de verano,  ni menos en los tiempos de la Navidad, de la Pascua, etc.?

3.- RECORDAD LAS ACTIVIDADES QUE TENEMOS DE TAREA ESPIRITUAL, APOSTÓLICA… 

Para estos meses de verano, ¿cuáles son?, ¿cuáles quiere Dios que hagamos o pongamos? (cf. Carta de Junio, apartado 4, punto n. 8).

Para profundizar en la formación doctrinal y en la vivencia de la Eucaristía:

“Os remito a nuestros libros: Manual de la ARPU; especialmente: La adoración al ‘Corpus Christi…’ y su culto en la presencia eucaristía también fuera de la Misa, pp.267-284.

Y en Figuras y textos eucarísticos: San José: figura eucarística n. 5, (pp. 92-101); Figura 108: Las presencias de Cristo y su presencia por “antonomasia, pp.526-531; Figura 111: La adoración eucarística fuera de la Misa (Benedicto XVI); Figura 112: Panorámica histórico-general del culto a la Eucaristía, 549-568.

Recordad la “Doctrina sobre las Indulgencias” y los números (1, 2, 26, 27, 28) que se pusieron en Memento del mes de abril, tomados del Enckiridion  Indulgentiarum (Normas y Concesiones) sobre las Indulgencias que tiene la Iglesia en la actualidad”.

4.- A modo de coda o conclusión de esta Carta número 49 

1ª.- ¿Vamos haciendo o poniendo en práctica estas tareas señaladas para estos meses?

2ª.- ¿Vamos viendo los frutos de la eficacia de la oración ante Jesús en los Sagrarios como demuestra el testimonio eucarístico que ha dado esta mujer–madre con fe en Él Sacramentado? Ojalá haya muchas madres como esta María. Se lo pidamos.

3ª.- Se lo pidamos y hagamos en nuestras medias horas de adoración al Santísimo (cf. Memento de este mes).

4ª.- En este Año Santo josefino, ganemos cada día una indulgencia plenaria con las debidas condiciones.

5ª.- Pongamos de intercesores a San José y la intercesión gloriosa de la Madre del Señor y Madre nuestra para pedir nuevos adoradores en la ARPU.

6ª.- Hablemos de Jesús Sacramentado… y tengamos a mano siempre alguna ficha de inscripción para poder darles esta posibilidad como un don tan grande.

Con estos deseos os bendigo y encomiendo a todos ante el Señor.

Burgos, 1 de julio de 2021.

José Luis Esteban Vallejo, Consiliario Nacional de la ARPU.

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