I Carta-Circular del Consiliario Nacional: Diciembre 2016

 

 

“Los pastores han visto claridades de Dios,han oído la Buena Nueva que les da un ángel…y han exclamado valientemente:

¡Vamos a Belén! y ¡Pronto!” (Obispo Santo, Don Manuel González García).

Estimados amigos y queridos adoradores de Jesús Sacramentado en la ARPU:

¡Feliz y Santa Navidad y Año Nuevo 2017!

Me sirvo de estas palabras de uno de nuestros Cofundadores, recientemente canonizado (16-octubre 2016), para hacerme presente en estas fiestas de Navidad, en vuestras casas y familias, en vuestros quehaceres de cada día, en vuestra de vida de adoradores de Jesús Eucaristía (en la ARPU). Lo hago por primera vez como Consiliario electo Nacional.

Faltaría algo si, al llegar a estas fechas de Navidad y Año nuevo, no lo hiciera, algo así como si en una  familia se esperara al padre o la madre y no se presentara en ciertas circunstancias y fechas importantes. Somos una “partecita” de la Iglesia que es “la familia de los hijos de Dios» dije en la Asamblea en que fui elegido (cf. 25-noviembre 2016).

Por eso, si bien a la espera de ser nombrado por la Conferencia Episcopal, no podía faltar a esta cita gozosa y salvífica para los cristianos y más, si cabe, para los adoradores de Jesús Sacramentado que ha venido y “quiere ser adorado por todos”.

La Navidad es fiesta de adoración y  nos dan ejemplo los pastores. Por supuesto, después de la Virgen María y San José, los primeros que adoraron al Verbo Encarnado, nacido en Belén.

Belén para nosotros ahora es la Eucaristía,  es el Altar, es y son los Sagrarios donde está vivo quien nació hace ya (aceptemos el cómputo) 2016 años.

“¡Vamos a Belén! y ¡Pronto!”:

Suena a practicar con presteza, cuidar con mimo, intensificar con celo nuestras normas eucarísticas:

  • La Santa Misa celebrada y vivida como centro y cumbre de nuestra vida.
  • La Comunión sacramentad deseada, preparada, agradecida… Para ello
  • Las comuniones espirituales durante el día e incluso por la noche.
  • Hacer la visita diaria a ser posible a Jesús sacramentado por nuestro amor.
  • Desear y hacer el encuentro semanal de la media hora: 30 minutos en compañía de Jesús Sacramentado como la norma específica nuestra en la ARPU.

“¡Vamos a Belén! y ¡Pronto!”:

Suena a animarnos unos a otros como los pastores que se decían unos a otros:

“Vayamos hasta Belén y veamos este hecho que acaba de suceder y que el Señor nos ha manifestado” (Lc2, 15)

Nosotros también nos  lo decimos y yo como Consiliario vuestro: sed buenos adoradores para ser dichosos:

¡Felices, felices, pastores, que pudisteis ver

Al Rey de los Cielos Nacido en Belén”.

Nosotros le vemos con los ojos del amor y de la fe.

“¡Vamos a Belén! y ¡Pronto!”:

Suena a que se lo digamos a mucha gente más con la palabra, con la oración, con el ejemplo y hasta con el canto de alegría: “Venid a Belén a ver al Mesías, venid a Belén a ver nuestro bien”. “Y es que en la santísima Eucaristía se contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, a saber, Cristo mismo…” nos enseña el Concilio Vaticano II (P.O. n.5).

La Navidad es que viene Jesús, “Dios con nosotros”; la adoración eucarística, también fuera de la Misa, es que vamos nosotros a Él y en Él encontraremos estímulo, inspiración, consuelo, fuerza y gozo, paz y amor que tanto necesita nuestro mundo y por tanto, los hombres, nuestros hermanos, y volveremos diciendo después de cada visita bien realizada como los pastores que «regresaron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían visto y oído» (Lc2, 20).

Así practicaremos las “Obras de misericordia” en las catorce situaciones en que el prójimo nos necesite. Así hemos de recorrer el camino que se nos abre después del Año jubilar de la Misericordia (cf. Papa Francisco en Misericordia et misera,n.1).

Esta es la triple “tarea” para este mes y por qué no para todo el año y siempre:

1.- Ir a Belén a ver y estar con Jesús nuestro bien cuidando con amor y presteza las normas eucarísticas.

2.- Es preciso tomar conciencia de nuestra pertenencia a la ARPU poner  ciertos medios para ello y animarnos unos a otros a ser más, mejores y más santos adoradores.

3.- Proponer a otros, a quienes podamos y por quienes recemos para que lo sean también. con nuestro ejemplo de vida eucarística, de palabra y de obras, con amistad, oración., entregando fichas de inscripción a gente conocida, amiga, tratada, etc.

María del Rosario (Charo, nuestra Delegada Nacional),  os informará de los planes, proyectos y tareas que tenemos entre manos y que con la gracia de Dios y vuestra ayuda iremos realizando en parte.

Esperamos que se nos nombre oficialmente por la Conferencia Episcopal Española en los  cargos para los que fuimos elegidos hace un mes (25-XI-2016) pero no queremos perder el tiempo en estos 2-3 meses que puedan durar las gestiones para ello.

Por mi parte: di una video-conferencia que me pidió el Presidente de la “Confederación Mundial de Obras Eucarísticas de la Iglesia”, Don José Ángel Casero. Fue el día 30 a las 10 de la noche. Sé de alguien que pudo seguirla en directo y “le ayudó en la fe”.

Así, pues, con estos augurios navideños os reitero: ¡Feliz y Santa Navidad para todos los adoradores en la ARPU y feliz 2017!

Mi saludo cordial y mi oración ante el Señor por todos y cada uno de vosotros todos los días, ante el Señor nacido para nuestra Salvación.

Hacedlo saber a los demás o repartid esta carta a quienes podáis.

Fdo.: José Luis Esteban Vallejo. – Consiliario Nacional de la ARPU

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