“Memento, adorador…”, en el mes Febrero 2018

“MEMENTO…” Acuérdate de que en este mes…

Éste podría ser el título de un nuevo apartado en nuestras publicaciones mensuales, además de las ya consolidadas Cartas y Noticieros. Se trata de “memorare” o “recordare” para traer a la memoria y al corazón acontecimientos, efemérides, aniversarios, fiestas principales, avisos, normas de funcionamiento de la ARPU, medios también de formación y animación que nos ayuden a coger y asimilar más y más el “espíritu” y las “normas” de nuestro precioso carisma. 

Según esto, ¿qué podemos recordar, celebrar… para mejor vivirlo en este mes de febrero de 2018?

1.- Día 2 de febrero. Vuelve a mí el recuerdo de que, gracias  a Dios, “volví a nacer” en este día, salvándome de aquel tremendo accidente de tráfico de año 1999. Se ve que Dios me tenía destinado para ser -entre otros cometidos- Consiliario Nacional de la ARPU. Deo gratias y A. M. D. G.!

2.- Los días 11 al 13 de febrero 2018: Ejercicio eucarístico de las Cuarenta horas en honor y reparación del Santísimo.

En la Carta del mes de febrero del año pasado (la III de la serie) exponía o presentaba la historia, la finalidad, las modalidades varias en la actualidad de este ejercicio eucarístico. Ahora os invito a practicarlas. Nos espera el Señor.

Puede seguir teniendo este ejercicio el sentido de reparación o desagravios, muy propios de nuestro carisma, pues ofensas a Dios por desgracia no faltan, ni a la Iglesia, ni al prójimo, y a la misma creación de Dios, tampoco. Ese desagraviar por los pecados o pedir perdón ha de tener -como consecuencia lógica en nosotros mismos, en cada uno- una disposición clara, habitual y actual de aversión al pecado; no sólo recio horror al pecado grave. Y también la actitud, hondamente arraigada, de abominar el pecado venial deliberado. También tiene el sentido de pedir por tantas necesidades de la Iglesia y del mundo. Y prepararse para entrar en la Cuaresma.

3.- 14 de febrero: comienzo de la Cuaresma: “Rasgad vuestros corazones, no vuestros vestidos” (de la 1ª. lect. del profeta Joel). Así comienza el camino de la Cuaresma.

“Todo el pueblo fiel está convocado para ponerse en marcha y adorar a su Dios que es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en piedad” (Papa Francisco: 1-3-1917). En otra ocasión señalaba los elementos de este camino hacia la Pascua: la oración, el ayuno y la limosna (5-3-2014).

Puede resultar oportuno recordar ya para nosotros y para informar a los demás que el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo son días de ayuno y abstinencia. Los viernes de cuaresma son días de abstinencia. Y todos los viernes del año, como toda la cuaresma son días de penitencia,  en los que se recomienda las privaciones voluntarias, la limosnas, las obras de caridad y la ayuda a las misiones (cf. n.1438 del Catecismo de la Iglesia Católica).

4.- El día 22 de febrero de 2018 se cumple un año de

nuestros NOMBRAMIENTOS como Consiliario y Delegada Nacionales por el Presidente la C.E.E, Cardenal Don Ricardo Blázquez. Recibido el encargo, cabe pensar y esperar que Dios nos dará fuerza para llevarlo adelante si ponemos lo que está de nuestra parte.

5. Pensamos por ello que las cualidades que esperáis que tengamos y pongamos nosotros pueden ser las mismas que se requieren de vosotros: los demás Delegados (as) y otros cargos a nivel diocesano, parroquial, etc. de la ARPU; más aún de cada adorador que, por su compromiso de amor con Jesús Sacramentado, “ha de procurar llevar al Sagrario el mayor número de personas que pueda”. El Señor nos dará -aumentará- estas características de los adoradores si se las pedimos:

• Enamoramiento del Jesús Sacramentado… siendo orantes, contemplativos de su Persona, de su Misterio, de su Evangelio, de su Eucaristía.

• Celo práctico en difundir el carisma de la ARPU…Hay que moverse.

• Pensar una y otra vez en la finalidad y necesidad de la ARPU para la Iglesia y el mundo,

• Capacidad de organización a todos los niveles: parroquial, diocesano, nacional…para que funcione y se difunda al ritmo de Dios.

• Dedicación de todo el tiempo disponible hasta que duela el cansancio, al Señor muy agradable si es por Él.

“(…) nuestra historia de Iglesia es gloriosa por ser historia de sacrificios, de esperanza, de lucha cotidiana, de vida deshilachada en el servicio, de constancia en el trabajo que cansa porque todo trabajo es sudor de nuestra frente»[1].

• La  eficacia pronta  para hacer lo que corresponde hoy sin dejarlo para mañana: una llamada por teléfono a alguien, poner un correo o mensaje electrónico o escribir una carta, tomar unas notas, hacer una visita a alguien, tener un encuentro, una conversación apostólica, hacer reparto de materiales de la ARPU: fichas de inscripción, y otros recursos eucarísticos, etc. No hacerlo puede ser bien claramente cometer pecados de omisión y faltas de amor a Jesucristo, nuestro Señor. Según Él, en la misma parábola el Cielo está lleno de obras positivas pero el infierno está lleno de pecados de omisión (cf. Mt 25).

• Que no suceda lo que decía el poeta de lo cual se arrepentía ante la llamada del Ángel de la Guarda: “Alma, asómate ahora a la ventana” (a abrirle la puerta a Jesús); no suceda lo del “mañana le abriremos –respondía- para lo mismo responder mañana”.

• El soñar sin cesar cada día y cada noche con el deseo de Jesús en la ARPU. Es el “todo bien” de la Iglesia, es para nuestro bien…

• El pedir al Señor y a su Madre no cansarse en las tareas aunque no se vean los resultados apetecidos, etc.

5.- Cuidado de la documentación que se va generando o recibiendo en la ARPU a todos los niveles: parroquial, diocesano, nacional. Llevanza de libros, etc.

Viene bien recordarlo para que se observe lo que decíamos en otras varias ocasiones y, en concreto, en el mes pasado hay que tener -comprar- libros y guardar la documentación. También la documentación que recibís cada mes del Consejo Nacional: Cartas, Noticieros, Memento, etc. Es parte, pues, de las competencias de los Consejos y, sobre todo, de los Secretarios.

[1] Papa Francisco en Chile, 17 enero 2018.