“Memento, adorador…”, en el mes de octubre 2019

Dentro de nuestro Memorare de octubre que tradicionalmente podemos llamar de muchas maneras: mes de los Ángeles Custodios (día 2, cf. Manual de la ARPU, pp.105-108), mes del Santo Rosario (día 7 cf. Manual de la ARPU, pp.65-67), mes de las Misiones por la Jornada del DOMUND (3º domingo, cf. Manual de la ARPU, pp.72-75), en este año hay que recordar algunos acontecimientos eclesiales de especial relevancia también para nosotros.

1.- A nivel universal la celebración del “Mes misionero extraordinario de octubre de 2019”. Tiene como lema: “Bautizados y enviados”. No me detengo a exponer por qué el Papa Francisco ha querido un mes misionero extraordinario. Tampoco sobre “cómo vivirlo” a no ser estas indicaciones genéricas de “oración diaria”, “dar testimonio”, “leer el Evangelio”, practicar cada día la caridad misionera”.

Hay ya muchas publicaciones al respecto. Cada uno, miembro de la ARPU y de otros ámbitos de la Iglesia, puede y debe decir con palabras del papa Francisco:

“Yo soy una misión en esta tierra, y para eso estoy en este mundo”.

2.- A nivel nacional:

– Ya ha habido un Congreso Nacional de Misiones: “Bautizados y enviados”.

– Estamos en la fase preparatoria del “Congreso de Laicos” que tendrá lugar en febrero de 2020. Tiene como lema “Pueblo de Dios en Salida”.

 Está organizándose por la CEAS (de la CEE) a la que pertenecemos como Asociación y Movimiento los de la ARPU. Por eso nos interesa su seguimiento, leer los Boletines Informativos de cómo va esta fase en las Diócesis y en su celebración a tener una digna representación y participación de Delegados(as) de la ARPU. Animo a que se animen. Es para los laicos no para los consiliarios o religiosos(as) en este caso…

En su momento al comienzo de la fase preparatoria desde Burgos ya cumplimentamos y enviamos un cuestionario al respecto.

3. A nivel diocesano en Burgos el comienzo de la Asamblea diocesana.

Sobre este acontecimiento, por afectar más directamente a la Diócesis de Burgos, pero podría aplicarse a todas de alguna manera, me detengo algo más.

Con fecha de 8 de septiembre de 2019 D. Fidel Herráez Vegas, arzobispo de Burgos emanaba el Decreto de convocatoria de una Asamblea Diocesana.

Con las primeras palabras nos ponía el marco del Decreto de convocatoria y, por tanto, de la Asamblea:

“La Iglesia que camina en Burgos trata de ser fiel al espíritu corresponsable y misionero de las primeras comunidades cristianas, recogido y propuesto en el Concilio Vaticano II bajo la figura de ‘Pueblo de Dios’.

En su exhortación programática Evangelii Gaudium, el papa Francisco invitaba al comienzo de su pontificado: “En orden a que este impulso misionero sea cada vez más intenso, generoso y fecundo, exhorto también a cada Iglesia particular a entrar en un proceso decidido de discernimiento, purificación y reforma” (EG 30). Y así se ha recogido en el Plan Diocesano de Pastoral 2016-2020, “Discípulos misioneros”, cuyo objetivo general pide ‘Caminar como diócesis hacia una Iglesia más misionera en continua conversión’.

También la enmarcaba en el contexto que está viviendo la Diócesis de Burgos “preparándose ya desde hace algún tiempo para conmemorar el VIII Centenario del inicio de la construcción de la Catedral de Burgos, Iglesia Madre de la Diócesis. Con tal motivo se ha solicitado y nos ha sido concedida la celebración de un Año Jubilar que comenzará el próximo 20 de julio de 2020”.

Lo hace, dice, “escuchando el sentir del Pueblo de Dios en Burgos, y desde la misión que tengo encomendada al servicio pastoral de esta diócesis (canon 369)”.

Vienen  a continuación el ANUNCIO y DISPONGO

“Que a partir de este día se inicie la ASAMBLEA DIOCESANA, de acuerdo con las líneas pastorales que señalo en mi Carta pastoral ‘Se puso a caminar con ellos’, que firmo también en el día de hoy.

A tal fin:

1. Aprueba el Reglamento General de la Asamblea diocesana, que aparece a continuación de este Decreto.
2. Constituyo la Secretaría de la Asamblea y la Comisión teológico-pastoral.

El Reglamento General de la Asamblea diocesana habla  de la “Naturaleza y finalidad de la Asamblea diocesana”; de la finalidad principal  “propiciar en el seno de la Iglesia particular de Burgos una renovación espiritual y una experiencia fuerte de sinodalidad que lleven a impulsar la dimensión pastoral y misionera de la diócesis. Recoge así la propuesta realizada por el papa Francisco en su exhortación programática Evangelii Gaudium:

“Cada Iglesia particular, porción de la Iglesia católica bajo la guía de su obispo, también está llamada a la conversión misionera. Ella es el sujeto primario de la evangelización, ya que es la manifestación concreta de la única Iglesia en un lugar del mundo […]. En orden a que este impulso misionero sea cada vez más intenso, generoso y fecundo, exhorto también a cada Iglesia particular a entrar en un proceso decidido de discernimiento, purificación y reforma (EG 30)”.

Se enmarca, dice “esta Asamblea diocesana en las actividades pastorales programadas con motivo del VIII Centenario de la Catedral de Burgos, y su final tendrá lugar dentro del Año Jubilar concedido por este acontecimiento. Se quiere así resaltar el carácter pastoral que debe presidir esta celebración.

1.4. El tema central a abordar por parte de la Asamblea, tomando como marco de referencia la exhortación Evangelii Gaudium, será este:

“plantearnos cómo caminar con Jesús en nuestra Iglesia concreta para seguir evangelizando, sirviendo al Reino de Dios y contribuyendo a la transformación del mundo. El trabajo, la oración y la reflexión en común han de capacitarnos para revitalizar la alegría de creer, el gozo de sentirnos Iglesia diocesana en continua renovación y el júbilo de compartir nuestra fe con todos los que nos rodean. Tras el necesario periodo de escucha y reflexión tanto interno (eclesial) como externo (social), la Asamblea deberá concretar las formas más adecuadas de evangelización en las circunstancias actuales de nuestra diócesis y prever en sus conclusiones la forma de llevarlas adelante y evaluarlas”.

Habla ya del “Proceso y etapas de la Asamblea diocesana”.

2.1. Etapa preparatoria que comienza con la aprobación del Decreto de Convocatoria por parte del Sr. Arzobispo (8 de septiembre de 2019), la aprobación del Reglamento General y la Constitución de las Comisiones necesarias para su funcionamiento.

2.2. En la etapa de discernimiento expresamente nos incluye como movimiento que somos: “Abiertos los trabajos de la Asamblea, se constituirán entonces los “Grupos de Asamblea” en las parroquias, movimientos, comunidades religiosas y otros ámbitos de la vida diocesana, según las orientaciones que en ese momento se indiquen”.

Estos grupos, dice “estudiarán los documentos de trabajo y formularán propuestas de actuación, en un clima de oración y diálogo fraterno”. (La negrita es mía)

Aquí es cuando y donde entrarán nuestras tareas, reflexiones, aportaciones o propuestas de la ARPU a la Asamblea. Podemos y debemos mucho que decir y hacer.

Con esta misma fecha publicaba, como recordaba el mismo Don Fidel, su 3ª Carta Pastoral “…Se puso a caminar con ellos” (Lc 24,15). Somos Iglesia que camina con Jesús”. Pues “Caminemos alegres con Jesús”. Es y va ser el lema.

En la IV Jornada diocesana de Formación que tuvo lugar el día 27 de septiembre por la tarde (4’30 a 8’ 45) el mismo sr. Arzobispo presentó su Carta y se trató  de “informar del proceso previsto para la Asamblea  diocesana”. También se entregó el “Calendario de principales actividades diocesanas” (septiembre 2019-agosto 2020).

4.- Pensar en algunas propuestas por nuestra parte en la ARPU

Desde nuestra condición de adoradores de Jesús Sacramentado en la ARPU algo -mucho- hemos de sugerir, proponer, motivar, ayudar, aportar…  para que nuestra Diócesis, sus miembros e instituciones, organismos,  y asociaciones, parroquias y movimientos… sean más eucarísticos  y -por ello- más eclesiales, apostólicos, marianos, evangelizadores…

1ª.- Desde la intimidad con Jesús Sacramentado se puede salir (=ser Iglesia en salida) enardecidos a proclamar que en Él se encierra “todo el bien de la Iglesia” para ella misma y para el mundo (cf. PO, nn.5-6).

Sin experiencia de la intimidad de encuentro con El, “en la fracción del Pan” como la que tuvieron los discípulos de Emaus (San Cleofás y su compañero), ¿cómo hubieran sido luego “discípulos misioneros” de Su resurrección si antes estaban tan desesperados, descreídos, desanimados… cuando Jesús…”Se puso a caminar con ellos”? (Lc 24,14) (cf. Carta Pastoral del Señor Arzobispo Don Fidel Herráez Vegas)

¿De qué serviría “estar en salida” sin estar antes enardecidos como ellos? Ese ardor lo da Jesús Resucitado-Sacramentado en la fracción del Pan, en su adoración eucarística.

2ª.- ¿Son transformadoras nuestras celebraciones eucarísticas, incluso las de los domingos?

Si no hubiera experiencia de encuentro “real, verdadero, sustancial” de fe y amor, de gratitud y adoración con el Crucificado-Resucitado ¿cómo después poder anunciar a todos Su alegría, caridad, reconciliación, paz, salvación…?

3ª.- “Caminemos alegres con Jesús”. Si este es y va ser el lema de la Asamblea Diocesana, dónde encontrar ese gozo y alegría con Jesús sino donde Él mismo está Vivo-Resucitado con la Presencia “por antonomasia” que integra, concentra y hace culminar las demás presencias que Él tiene en la misma Iglesia y en  mundo? Respondamos nosotros y con nuestra modalidad específica de Su adoración en la ARPU: En el Santísimo Sacramento. El Concilio Vaticano II explicando los efectos que produce en el pueblo de Dios, en los fieles, lo llama “augustísimo Sacramento” (Lumen Gentium n. 11).

4ª.- Id pensando también los demás adoradores suyos en la ARPU qué podemos aportar a este acontecimiento sinodal en  nuestra diócesis de Burgos (líneas de acción, horizontes, espiritualidad y modalidad eucarísticas propias). Es nuestro estupendo, necesario y urgente cometido, y responsabilidad.  Nuestro carisma es compatible, puede y debe integrar otros  en beneficio de la Iglesia y del mundo porque “hay mucha necesidad de adoración eucarística en la Iglesia y en el mundo” (Juan Pablo II a los Obispos de España 1982).