ADORACIÓN REAL, PERPETUA Y UNIVERSAL AL SANTÍSIMO SACRAMENTO (ARPU)

Enero 2024

“MEMENTO, Adorador”: Acuérdate de que en este mes…

Éste es el título de uno de nuestros apartados en nuestras publicaciones mensuales, además de las ya consolidadas Cartas y Noticieros. Se trata de “memorare” o “recordare” para traer a la memoria y al corazón acontecimientos, efemérides, aniversarios, fiestas principales, avisos, normas de funcionamiento de la ARPU, medios también de formación y animación que nos ayuden a coger y asimilar más y más el “espíritu” y las “normas” de nuestro precioso carisma.

Según esto, recordamos en este mes de Enero:

A LA NAVIDAD

Tomado del libro “Yo canto al Señor porque es vida” (una evangelización en versos) de José Luis Esteban Vallejo.

Traigo aquí este texto porque al final del mismo dice “vivir este misterio; ojalá todo el año, al menos en el espíritu y estilo de la Navidad, el de Jesús”, porque “Si Navidad es paz y alegría, pongamos Navidad todos los días.”

“Si hay algún misterio y acontecimiento de salvación que el hombre ha cantado y expresado con mayor extensión, gozo, estremecimiento, belleza y amor, ha sido sin duda el misterio asombroso de la Encarnación del Hijo de Dios al verlo «hecho niño, envuelto en pañales y reclinado en un pesebre por su Madre, la Virgen, «porque no había para ellos lugar en la posada» (Lc 2, 7).

Fueron los ángeles los primeros que cantaron la primera Noche Buena, apenas sucedido el acontecimiento de los siglos: «Gloria Dios en el Cielo y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad (Lc 2, 14.).

Todas las artes han «rivalizado en expresar, cada cual con sus vuelos artísticos e ingenio, la belleza, el asombro y embeleso ante el Salvador venido a este mundo, «valle de lágrimas”, convertido de alguna manera en «paraíso” en virtud del mismo «admirable intercambio”: el Cielo en la Tierra, la Tierra es Cielo, acaecido en la Noche Buena, en la Navidad de Nuestro Señor Jesucristo, acontecimiento que por otra parte señala la «plenitud de los tiempos” (Ga 4,4) y la cronología de los mismos: antes de Cristo y después de Cristo.

Así se puede ver en todas las artes: la pintura, escultura, música (villancicos), literatura y demás expresiones bellas, en concreto en la poesía.

¡Qué hubiera sido del arte sin este objeto cristiano de inspiración artística! Quedarían los museos, las bibliotecas, los templos reducidísimos de obras de arte.

Aunque consciente de la poca calidad de mis composiciones, aporto mi grano de arena al respecto con las poesías sobre la Navidad. Que ayuden algo a contemplarla y, sobre todo, deseando vivir este misterio; ojalá todo el año, al menos en el espíritu y estilo de la Navidad, el de Jesús.” 

 

4 de enero:

SAN MANUEL GONZÁLEZ GARCÍA (Sevilla, 25 de febrero de 1877-Madrid, 4 de enero de 1940).

Conocido como «El Obispo del Sagrario Abandonado», beatificado en 2001 por San Juan Pablo II y canonizado en 2016 por el Papa Francisco, cofundador de la ARPU e importante figura eucaristía del siglo XX. Don José Luis, en su libro de “Figuras y textos eucarísticos” le dedica la figura nº 91:

Como todas las figuras que presento son poliédricas, admiten muchos aspectos y dimensiones, todas ellas complementarias y convergentes; en este caso podríamos verlo como apóstol, como fundador, como escritor, como catequeta-pedagogo…, aquí lógicamente es como el Sacerdote (Arcipreste) en Hueva-Obispo Málaga, incendiado su palacio (juntamente con tantas iglesias de Málaga) y desterrado de su amada «esposa» (la Diócesis de Málaga), en Gibraltar, en Madrid; trasladado a Palencia como Obispo, su título preferido es el «Obispo del Sagrario Abandonado» como él quería ser conocido y llamado en vida y hasta después de su muerte, como reza el epitafio en la catedral de Palencia (allí con letras capitales): «Pido ser enterrado junto a un sagrario para que mis huesos después de muerto, como mi lengua y pluma en vida, estén siempre diciendo a los que pasen ¡Ahí está Jesús! ¡Ahí está! ¡No dejadlo abandonado!».

Madre Inmaculada, San Juan, Santas Marías, llevad mi alma a la compañía eterna del Corazón de Jesús en el Cielo» Manuel González García, Obispo de Palencia (rúbrica)

«Fue fundador y moderador General del Pía Unión de los Sagrarios-Calvarios.

Murió en el Señor el día 4 de enero de 1940.

Roguemos a Dios por su alma».

Es fácil ver en todos y cada uno de sus libros textos eucarísticos, oraciones, enfoques reflejos de su apasionado amor a Jesús Sacramentado, pero de su abundante bibliografía, además de sus innumerables y sabrosos artículos en revistas, sobre todo, en la que él fundó en Huelva «Granito de arena», entresaco los siguientes libros:

– Corazón hecho Eucaristía;

-Vivir la Misa, ¡Si viviéramos nuestras misas! En torno a la Misa ayer y hoy;

-Aunque todos… yo no;

-En busca del Escondido; Manual de los Discípulos de San Juan de los Sagrarios-Calvarios, y Estatutos de las tres Marías de los Sagrarios- Calvarios y Manual de las Marías;

-Florecillas de Sagrario, Jesús callado;

-El abandono de los Sagrarios Acompañados.

Algunos textos salidos de su abundante y salerosa pluma pueden espigarse como estos:

¡Resucitaré!

-¡Qué bella es mi fe y qué dilatados horizontes abre ante mí!

Mientras yo viva en la gracia de mi Señor Jesucristo, yo y todo mío nos disponemos para no morir eternamente…

¡Qué alegría siente mi corazón en decir: yo no estaré siempre muerto; después de un poco de sueño de sepulcro yo viviré para siempre! ¡Vivir siempre! ¡Sin volverse a morir! Y vivir viendo a mi lado a Jesucristo que contempla gozoso en mí el buen fruto que dio en mí la semilla por Él sembrada en esta tierra de cardos y espinas.

¡Y vivir siempre junto a los amigos y queridos de mi corazón, que también comunicaron con Cristo!

Corazón bendito de Jesús, ¡si conocieran los pueblos y los hombres el don tuyo! ¡Si conocieran lo largo y lo rico del don con que regalas a los tuyos…

¿Quién no puede ver fácilmente en este texto un bello, profundo, existencial comentario al texto eucarístico: «Quien come de este Pan vivirá eternamente y yo lo resucitaré en el último día (Jn. 6,54)?

Recuerdo que, estando en el Seminario de Málaga donde nos hospedábamos durante un Congreso Nacional de Archiveros de la Iglesia en España (13-18-IX-2004), pude ver que fue obra espléndida (el Seminario) de Don Manuel González (cuando fue obispo de aquella Diócesis). Aquel Seminario rezumaba clima eucarístico sacerdotal. Pude leer por las paredes o en placas y, en más en concreto en la capilla del seminario, entre otras leyendas que entonces escribí y que ahora trascribo aquí:

-alrededor del Sagrario la queja del Señor: «Busqué quien me consolara y no lo encontré».

-el anhelo hecho oración suplicante para él y sus seminaristas -un día sacerdotes-: «Pastor Bone, fac nos bonos pastores animas pro ovibus ponere promptos»= «Pastor Bueno, haznos buenos pastores dispuestos a entregar nuestras vidas por las ovejas».

-el ideario de un Seminario: «La siembra en este jardín cultivado por la piedad sacerdotal, la ciencia eclesiástica y el celo pastoral, se siembran jóvenes de corazón, cabeza y padres buenos».

La esperanza inquebrantable de Don Manuel se expresaba así: «La cosecha proveerá a la Santa Madre Iglesia de sacerdotes hostias con los que consuele al Corazón Eucarístico de Jesús, salve a las almas y haga felices a los pueblos».

-la lápida con los nombres de los seminaristas (numerosos) que fueron martirizados en Málaga durante la persecución religiosa en España (1936-1939). Sin duda, aquella sangre, vertida generosamente en testimonio de su fe en Jesucristo por los seminaristas mártires, sería la promesa y garantía de esa cosecha que gozosamente entreveía Don Manuel.

¡Qué belleza, bondad y sabiduría las del Obispo de la Eucaristía!

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